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2015/02/05 El líder y el grupo: importancia de la integración funcional


Un día, conversando con amigos, a Roberto se le ocurrió la idea de un negocio que podía ser verdaderamente revolucionario y rentable. Como tenía mucho talento para organizar y echar a andar proyectos, no tardó en remangarse la camisa y hacer los trazos del trayecto más apropiado para concretar la idea.

Como quiera que requería de profesionales de áreas de servicios, buscó entre gente conocida a personas calificadas con las que pronto se contactó y el proyecto fue tomando forma. 

Se reunió varias veces con sus nuevos socios de aventura sin escatimar el aporte de su sapiencia organizacional, transmitiendo entusiasmo y total entrega para armar el tejido esencial de la empresa.  

No era etapa de ganar dinero, era etapa de crear empresa, generar el equipo de trabajo y lograr un ensamble humano que pudiera manejar un mismo lenguaje; en este caso, estar a la altura de una entrega sin concesiones a favor de una instancia mayor, la empresa.

Grande fue su sorpresa cuando, al proponer que la tarea fuera sin remuneración por unos pocos meses, uno de los socios planteó el reclamo de una compensación económica, argumentando sus razones con una lógica comercial impecable. Roberto aceptó en primera instancia, no tanto porque estuviera de acuerdo sino porque no le era fácil explicar el punto de partida de su propuesta: el pedido de un sacrificio inicial, similar al que él había estado aportando todo ese tiempo a favor de lograr un despegue con menor recarga, sostenido por los talentos de cada quien.  La perspectiva era que a corto plazo iban a obtenerse ingresos que compensarían largamente el esfuerzo. Roberto mostró en ese momento una dificultad: la de poner límites y sostener el sentido de la propuesta.

Felizmente, otro de los socios, de manera serena y muy didáctica, expuso con claridad la situación, permitiendo restituir el espíritu grupal que corría el riesgo de perderse ante la emergencia de intereses personales fuera de tempo. Fue posible, entonces, hacer una lectura emocional adecuada de la propuesta de integración de nuestro buen Roberto.

El grupo ganó con esta experiencia y logró empezar a resolver este problema de integración emergente apoyándose en el aporte oportuno del resto del equipo. Al final, la empresa logró salir a la luz y ya empieza a levantar vuelo. El piloto y la tripulación se han ubicado en el despegue.

Una salida totalmente negativa hubiera sido descalificar al miembro discordante y generar un precoz cisma, con riesgo para la consolidación de la empresa.

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