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2015/02/04 ¿Se ha olvidado usted de reír?

(Publicado en la Revista Resource)

En nuestra vida cotidiana hay un componente importante de intercambio en las relaciones interpersonales, que se da a través de la risa, el humor y el juego.  La risa tiene un poder activador neurofisiológico que permite revivir el tono afectivo vital de las personas.

Sin embargo, varios investigadores se han percatado en los últimos años de que las personas absorbidas por su trabajo y múltiples ocupaciones se han olvidado de reír.  Esto ha derivado en que algunos profesionales desarrollen una terapia de la risa, encontrando en ello respuestas muy favorables para la vida cotidiana y la vida laboral.

Un signo de buena salud es descubrir la posibilidad de reírse de uno mismo.  Dicho de otro modo, uno nunca debe tomarse demasiado en serio a sí mismo, lo cual puede llevar a enfermarse o perder la posibilidad de relacionarse saludablemente.

Es así que, a veces tomados por la seriedad del trabajo, trasladamos nuestra seriedad a la casa, y nos convertimos en seres exigentes y obsesionados con la perfección, en cuyo nombre muchas veces torturamos a nuestros hijos o a nuestra esposa.  Por lo que haríamos bien en recordar que se logran mejores resultados a partir de tomar las cosas con humor, el cual no se opone al rigor.  Se trata de conseguir un balance en el que no se pierda este componente.

A veces, nuestros trabajos se convierten, más que lugares de realización, en algo más parecido a cárceles que nos tornan tensos, severos, taciturnos, estresados y preocupados.  Un jefe rígido va a tener probablemente un personal que cumple por miedo y quizás su producción esté solamente sostenida por eso.  Por el contrario, cuando hay humor, es más fácil la identificación con el logro del objetivo y es más probable lograr una buena mística de trabajo.

Igualmente, nuestros hijos y nuestra familia nunca podrán entender por qué el trabajo, que nos da tantos beneficios económicos, al mismo tiempo nos pone de tan mal humor.  Muchos chicos que se han criado viendo esta imagen de los padres después presentan problemas de rechazo o extrema pasividad frente al reto de la universidad o tener que esforzarse en el trabajo.  En el fondo, sienten que esto es el resultado de tener un padre de mal humor y muchas veces ausente.

Considero que esto hace importante que la risa tenga un capítulo en nuestras actividades, ya sea con los trabajadores como con la familia.  Es indispensable vincularse desde la risa, la alegría, el afecto.  No debemos olvidar que los afectos son algo que se transmite y un saludo amable siempre va a resonar en quien lo recibe.  Una risa devuelve la confianza y nos facilita la tarea.

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