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2015 08 11 Mi pareja es bipolar

Nos interesa presentar un tema que se escucha cada vez con más frecuencia en las conversaciones sociales: “Es bipolar”, se dice, en una suerte de diagnóstico popular, para describir a una persona cuyos estados de ánimo cambiantes suelen ocasionar  un problema a la hora de relacionarse con otros, porque no muestra la estabilidad emocional que se esperaría y, muchas veces, no sabemos cómo manejarnos frente a estas emociones cambiantes.

Como es natural, todos tenemos oscilaciones en el ánimo a lo largo del día o de la semana… Las alegrías y frustraciones son los resultantes de nuestra interacción con los demás y con nosotros mismos. En el caso de la bipolaridad estas oscilaciones del ánimo son mucho más intensas y escapan totalmente a las posibilidades racionales de manejarlas. Se habla de un espectro bipolar en función de los diferentes grados en que estas alteraciones del ánimo pueden expresarse. En un extremo veremos las expresiones de la exaltación eufórica y en el otro la depresión más profunda.

Un punto extremo de la exaltación se conoce como manía.  Se caracteriza por una persona en hiperactividad, fuera de control, con una exacerbación de sus pensamientos y sentimientos, eufórica y muchas veces con un sentimiento de omnipotencia y hasta delirante (dueña de una “verdad”). Puede presentar, también, agresividad y otras alteraciones en el terreno del pensamiento y las demás funciones mentales. 

El otro polo del bipolar, el de la depresión, supone predominantemente un decaimiento físico y mental, con un total retraimiento social y laboral, en medio de sentimientos profundos de dolor y tristeza.

Vale la pena saber que, cuando nuestros seres queridos tienen oscilaciones del ánimo que los hacen (y nos hacen) sufrir, ocasionando problemas en la relación, el trabajo y la vida en general, es indispensable comprender que se trata de una alteración psiquiátrica y psicológica que, más allá de posibles reacciones emocionales y morales que pueden movilizar, requieren una consulta con un especialista, quien será el único autorizado a diagnosticar si se trata de una bipolaridad o si se trata de alguna otra alteración psicológica que se le parece, como, por ejemplo, un trastorno borderline o alguna forma de esquizofrenia.

En lo cotidiano, podemos encontrar contrastes en la expresión afectiva de nuestras parejas debido a razones propias de una sensibilidad excesiva o a formas ambivalentes de expresarse (tipo amor-odio), debido a problemas inconscientes que han generado una personalidad que no deja de estar a la defensiva y que se muestra muchas veces como contradictoria. Suelen ser huellas de problemas de la infancia temprana, huellas de la relación con los padres y las circunstancias que les tocó vivir.

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