Es impresionante la cantidad de consultas que en los últimos
tiempos derivan en este diagnóstico. Se
trata de un dolor inespecífico que aqueja al paciente sin ninguna causa física
aparente. Pueden doler los brazos,
piernas, muslos, etc. y no hay una razón aparente para ello.
Los medicamentos que suelen usarse para controlarla, si bien
apuntan a una atenuación del dolor, tienen también un importante efecto
ansiolítico (bajan la ansiedad).
Sin entrar en explicaciones específicas de la fibriomialgia,
quisiera referirme a ella como un ejemplo de lo que conocemos “trastornos
psicosomáticos”. Es decir, dolores,
malestares físicos de cualquier orden cuyo origen es más bien emocional.
Desde hace ya mucho tiempo se ha podido verificar que una
amplia gama de trastornos a todo nivel del organismo provienen de dificultades
emocionales: carencias afectivas, tristeza, angustia, impotencia, rabia que no
logra expresarse, búsqueda de ternura que no logra manifestarse sino a través del
síntoma, necesidad de castigo, culpas
inconscientes, erotismo masoquista, etc., etc., etc.
No siempre logramos comprender el lenguaje del cuerpo pero
bien haríamos en esforzarnos en ello y considerar la siguiente pregunta: ¿qué
me está diciendo el cuerpo?, ¿qué me dice este síntoma? Y, es que lo que no
podemos expresar desde la conciencia va a derivar en la organización de ese
síntoma físico. El principio que subyace
a esto es la necesidad de recobrar el natural equilibrio, la armonía, lo que en
biología llamamos “homeostasis”.
Enfermar, en tanto así, es paradójicamente un llamado a la
salud, un requerimiento de atender algo que está fallando y muchas veces no es
el órgano en sí tanto como las cargas emocionales que se están depositando en
éste.
Como ejemplo simple tenemos el que si una persona se resfría
con mucha frecuencia es probable que sea a causa de sus defensas bajas y esa
baja en las defensas, a su vez, es producto de una depresión o tensiones
demasiado prolongadas.
Como corolario, es también importante hacer una visita al
psicoterapeuta, en particular cuando tenemos estas enfermedades “inexplicables”
o recaemos con frecuencia en cualquier tipo de trastornos (digestivos,
intestinales, menstruales, ginecológicos, etc.).
No hay comentarios:
Publicar un comentario